La alta sensibilidad y la agresión pasiva
A la gran
mayoría de los PAS les gusta la calma y la paz. Sobre todo la paz. Conflictos
de todo tipo les producen malestar. La violencia no les va y más de un PAS se
bloquea ante escenas brutales, especialmente cuando ellos mismos se ven
implicados de una manera u otra.
¿Cuál es la
causa de ese bloqueo? Suponemos que alguien se enfada contigo y empieza a
gritarte, reprochándote y incluso insultándote. Verás la cantidad de reacciones
que entonces se producen casi simultáneamente en tu mundo interior. El elevado
tono y los gestos que percibes tienen como consecuencia que te asustas, lo que
lleva a un encogimiento interior. Con el susto y el consiguiente pánico se
dispara la adrenalina, la hormona del estrés que tiene el famoso efecto de
“luchar o huir”. Según tu carácter tiendes a querer escapar, o bien tienes la
tendencia de perder el control y empiezas a gritar también. Tanto el deseo de
escaparte como el incontrolable impulso de defenderte con violencia verbal son
fruto de un bloqueo por sobrecarga de información sensorial, posiblemente en
combinación con miedo y la sensación de ser agredido; un cortocircuito. La
mayoría de los PAS tiende a cerrarse por completo y es incapaz de contestar de
la manera que sea. Se sienten como paralizados. Un pequeño porcentaje de PAS
contesta con gritos. Aunque éste tipo de reacción no parece ser un bloqueo, sí
que lo es, ya que a esta persona le cuesta igual tener pensamientos coherentes,
mientras que al mismo tiempo ha perdido la capacidad de escuchar bien aquello
que la otra persona le está diciendo.
Estoy segura
que, si eres PAS, te reconoces en uno de las dos variantes. A los PAS no nos
van bien los conflictos y las discusiones. Ahora, ¿cómo actuamos una vez que
hemos entrado en un conflicto?
Hablo por mi
misma cuando os cuento que, siempre cuando me gritaron me bloqueé de tal manera
que no podía exteriorizar ni una palabra. Experimentaba hasta dolor físico.
Pensaba entender –y esto era antes
que sabía del tema de la alta sensibilidad y de que soy PAS– que ese dolor
venía del hecho que me consideraba (y me sigo considerando) una pacifista.
Ahora entiendo mucho mejor el tema del bloqueo y el dolor, y sé que no tiene nada,
pero nada que ver con el hecho de ser pacifista. Solamente tiene que ver con el
bloqueo. Punto.
No contestar
a alguien, sin embargo, ignorar a la otra persona, cuando se hace aposta, es una estrategia de agresión pasiva, y la
otra persona –la partida ignorada– suele recibirlo como un acto violento. La
otra persona no puede saber si le ignoramos aposta o si es porque estamos
bloqueados y es por eso que no somos capaces de contestarle. Pensará que lo
hacemos cómo un estrategia, que lo hacemos por castigarle… y es muy probable que se enfade más.
Es
importante darse cuenta que la otra persona no puede saber que pasa en nuestro
foro interior, de la misma manera que –por muy intuitiva que seas– es imposible
saber con absoluta certeza que vive en el pensar y en el sentir de la otra
persona. (Ten en cuenta que tu intuición no puede funcionar de manera correcta
cuando estás alterado). En casos como el que acabo de describir conviene hacer
un esfuerzo y por lo menos hacerle saber a la otra persona que necesitas un
poco de tiempo –intenta ser específico– y que luego, en una horita, le contestarás. Así le
aportas claridad sobre tus intenciones y el otro puede calmarse ya que le has hecho
saber que no te callas por gusto, por querer castigarle y que tu silencio no es un acto
violento.
Al pensar
sobre este tipo de comportamiento y hablando con varias personas, llegué a la
conclusión que en muchos PAS vive la tendencia de utilizar estrategias que
corresponden a la agresión pasiva. ¿Por qué? Primero porque no somos santos.
Podemos tener valores, podemos ser muy buenas personas y siempre estar dispuestas
a ayudar y asistir, pero esto no quiere decir que nunca tengamos momentos en
que queremos “salir ganando”. Y en
segundo lugar porque el PAS suele tener dificultades con el conflicto, porque
para la mayoría es muy importante que los demás le quieren y que hablen bien de
el/ella.
Más sobre la agresión pasiva¿Qué es, exactamente? Se puede decir que la agresión pasiva es una conducta sumamente destructiva que pretende
dar la imagen de tranquilidad e incluso de concordancia, pero que tiene la
intención de obstaculizar lo que el otro quiere. Es
una especie de venganza
promovida por rabia suprimida o no reconocida.Lo podemos ver en
relaciones de pareja, en relaciones padres-hijos, en colegios, en el
trabajo... vamos, en todos los encuentros entre los seres humanos. Lo
vemos en PAS y en no-PAS. Pero una cosa es cierta: es una conducta muy
destructiva. Si conoces a alguien que siempre se comporta de esta
manera, estate alerta. Y si to pecas porque te bloqueas, por favor,
intenta hacer algo si quieres evitar que tu "adversario" sufre.
Creo que es importante revisar
nuestro comportamiento (y estar también atentos a la conducta otros). A veces utilizamos estrategias que nos parecen
correctas, pero que tienen un toque de agresión pasiva que nos hace menos
pacifista y moral de lo que nos gustaría ser. También hablo por mi misma si
digo que hay más de un comportamiento de la lista que pongo a continuación, una estrategia para conseguir algo, que he utilizado en algún momento
de mi vida. Y por eso doy fe de su alto grado de destructividad.
A continuación veréis unos ejemplos
de comportamientos aparentemente inocuos y pacifistas, que en el fondo son nada
inocentes y bastante violentos.
“No, no estoy enfadado”.
Ignorar sentimientos de rabia es una
costumbre muy “PAS”, ya que existe esa idea de que la rabia es algo negativo y
ofensivo, y cómo el PAS no quiere hacer daño… También influye que la rabia es
una emoción muy compleja que, justamente por esa complejidad, puede bloquear.
Es interesante, sin embargo, darse cuenta que ignorar o suprimir la rabia que
uno siente, conste como el comportamiento clásico de la violencia pasiva. Negar
que uno está enfadado mientras que el humo le sale por la orejas equivale una
mentira que no aporta nada para resolver un conflicto, sino que lo hace más
grande.
“Haz lo qué te da la gana”.
Enfurruñarse y
retirarse
emocionalmente de un argumento es una de las estrategias primarias de
una conducta agresivo pasiva. Es una expresión indirecta de la rabia que
uno siente y significa cerrar la puerta hacia un diálogo abierto y
honesto. Aquí también puede influir
el bloqueo emocional y la incapacidad –muchas veces por miedo– de
aceptar la
rabia y de exteriorizarla. Si te reconoces en esta frasecita, te
aconsejo
revisar los momentos en que la hayas dicho para averiguar tu intención.
“¡Ya voy…!
Otra de las características de la
agresión pasiva es, ante una petición, crear una incongruencia entre lo que dices y lo
que haces. Dices que sí y luego no cumples. Es una media verdad que afecta la
vida de la persona que necesita de tu ayuda, de tu compañía o similar. Con esto
creas una situación de poder sobre el otro que se traduce a una agresión sutil
y efectiva. Ligada a esta estrategia está la frase: “No sabía que querías decir
ahora”. Si dudas de la enorme carga
agresiva de estas dos frases, procura recordarte momentos en que has recibido
una agresión de este tipo, y como te sentiste.
“Ah, ¡siempre quieres qué todo sea
perfecto!”
Cuando posponer y alargar no es una
opción, otra estrategia de agresión pasiva consiste en cumplir con las tareas exigidas,
pero hacerlas mal y muy lento, vamos, de manera inaceptable. Puedes pensar en
un estudiante que presenta sus deberes mal hechos, en hacer las compras para “ayudar”
a tu pareja pero olvidarte de la mitad, omitiendo justamente el producto que
más falta le hace, en gastar más de lo establecido, etcétera. Vemos pues como
la persona cumple con la petición (aparentemente es buena persona) pero lo hace
mal intencionadamente. Luego, cuando la otra persona le llama la atención, se
refugia detrás del supuesto perfeccionismo de éste.
“Pensaba que lo sabías”.
Expresar la rabia de manera
encubierta contando solamente la mitad de una historia es otra táctica
utilizada dentro de la conducta agresivo pasiva. Evidentemente se trata de la omisión
de justamente esa parta que puede
causar un problema. Es una táctica muy “PAS”, ya que los PAS suelen querer evitar
discusiones y conflictos por motivos ya mencionados. Aquí vemos también un tema
que he comentado ya en varias ocasiones: un problema no desaparece por
ignorarlo, a contrario, se hace más grande…
“Solo era una broma”.
Sarcasmo es otra herramienta que se
suele utilizar dentro del ámbito de la agresividad pasiva. Se trata de
verbalizar la hostilidad en voz alta, pero de forma indirecta y de una manera
socialmente aceptable. Si “la víctima” se muestra ofendida, el agresor en
seguida se viste de papel de víctima y reacciona, a su vez ofendido, con algo
como: “Jo, no sabía que no tienes sentido de humor”.
Espero que estos ejemplos os hayan
servido para entender algo más sobre un comportamiento aparentemente correcto
pero que deja mucho que desear y que, por su carga “invisible”, suele llevar a
situaciones conflictivas. Mi experiencia personal y mi experiencia como coach
me han demostrado que realmente vale mucho la pena examinar nuestras
intenciones y actos de la manera más honesta posible para ver si somos siempre
tan nobles y pacifistas como queremos ser.
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