viernes, 15 de abril de 2016

DATE CUENTA DE QUE NO ERES EL ÚNICO

Diez pautas para salir adelante cuando te humillan en el trabajo

Cualquier estudiante de psicología conoce a R. J. Sternberg, uno de los más grandes autores de la materia. Pero nada impide que seas humillado

Cualquier estudiante o aficionado a la psicología conoce a Robert Jeffrey Sternberg (New Jersey, 1949). Basta adentrarse en materias como la inteligencia, la creatividad, el amor, el odio o la sabiduría para encontrar artículos científicos con su firma. Su carrera es digna de elogio: hizo el doctorado en Stanford, fue profesor de la Universidad de Yale y presidente de la Asociación Americana de Psicólogos.

A juzgar por su impresionante currículum, parece que a Stenberg le ha ido de perlas durante toda su vida profesional. Pero no es cierto. Tal como ha explicado en una tribuna publicada la semana pasada en The Chronicle of Higher Education, durante su carrera ha tenido que lidiar con grandes crisis en las que, asegura, se sintió humillado y quiso que le tragara la tierra. La última hace sólo unos meses, cuando con 63 años aceptó el cargo de rector de la Universidad de Wyoming, para salir escaldado sólo unos meses después.


“Me encantaba mi trabajo como preboste y vicepresidente de otra universidad pero creía que la nueva institución encajaba con mis valores y creencias sobre la educación superior”, explica Sternberg en la tribuna. “Después de cuatro meses, me di cuenta de que en la nueva universidad no compartían ni mis creencias ni mis valores. Fue un golpe muy duro. Otra vez más”.  El pasado diciembre Sternberg renunció a su cargo y ha vuelto a la docencia en la Universidad de Cornell.

No era la primera crisis a la que se enfrentaba. Y de nuevo, pese a la vergüenza, la humillación y el enfado inicial, ha logrado recuperarse. “Al reflexionar sobre lo que he pasado me he dado cuenta de que, en cada crisis, hice 10 cosas, o al menos intenté hacerlas, que me ayudaron a superar la situación, y que podrían ayudarte a ti también”, apunta Sternberg. Estos son sus consejos.

1. Date cuenta de que no eres el único

“No importa lo dura que sea la crisis, alguien más habrá pasado por lo mismo, y probablemente lo haya pasado peor que tú”, explica el psicólogo. El problema, explica, es que puede que no conozcas a esa persona; pero existe, y harías bien en buscarla. “Parte del proceso de recuperación después de un revés profesional pasa por darse cuenta de que estas crisis no son algo extraordinario que sólo te pasa a ti. Aunque varíen en lo específico, hay experiencias que todo el mundo ha vivido”.

2. No basta con la inteligencia, tienes que ser resistente

Sternberg echa mano del concepto de resiliencia, la capacidad humana de recuperarse frente a las adversidades que, asegura, es esencial para superar este tipo de crisis. En estos momentos tu inteligencia, cognitiva y emocional, sirve de poco. Lo importante es que logres salir del paso. Y para esto hay que ser fuerte.

3. La mayor parte de las veces no es nada personal

Una de las grandes crisis que vivió Sternberg en su carrera profesional estuvo relacionada con la retirada de una subvención que iba a financiar uno de sus más ambiciosos proyectos. Su grupo se quedó en la estacada y el psicólogo las pasó canutas para encontrar a un nuevo mecenas. “Tras una serie de rechazos de las agencias que reparten las subvenciones, empecé a pensar que tenían algo personal en mi contra, hasta que hablé con el receptor de subvenciones más exitoso que conocía. Vi que su tasa de rechazo era similar a la mía. Sencillamente, él no paraba de mandar solicitudes”.

A veces todo sale mal, pero es importante entender que no es nada personal: basta buscar una “ruta de escape” que te permita salir adelante. El psicólogo, finalmente, logró encontrar financiación privada, aunque tuvo que dividir el proyecto con varias universidades.

4. Aprende de la experiencia

“Casi siempre puedes aprender algo de una crisis”, afirma Sternberg. Y es un conocimiento que es muy valioso a la hora de encontrar un nuevo trabajo: “La gente que te entreviste para un empleo estará tan interesada en como respondiste a una crisis, y qué aprendiste de ello, como en los detalles de tu labor profesional”.

5. Mantén siempre una red de apoyo que te ayude en los momentos difíciles

El famoso networking, nuestra red de contactos profesionales, es muy valioso para lo bueno, pero sobre todo para lo malo. Al enfrentarte a una crisis vas a necesitar apoyos dentro y fuera de tu actual trabajo, y cuanto más sólidos sean estos, mejor. Ante un revés profesional piensa en las personas que pueden ayudarte y no dudes ni un segundo en entrar en contacto con ellas. “Puedes pensar que te bastas por ti solo”, explica Sternberg, “pero vas a ser mucho más efectivo si tienes a alguien trabajando contigo o, incluso, para ti”.

6. Utiliza tu tiempo libre para hacer algo que realmente disfrutes

En medio de una crisis en lo último que piensa uno es en pasarlo bien, o hacer algo que no tenga relación directa con la solución de sus problemas inmediatos, pero no es una mala idea buscar otras actividades que te distraigan del lío en el que estás metido. “Hay momentos en los que lo importante es mantener un buen estado de ánimo”, asegura Sternberg. “Por ejemplo, yo siempre he querido aprender alemán, porque todo el mundo en mi familia lo habla menos yo. La última crisis me pareció un buen momento para empezar. Necesitas energía para renovarte profesionalmente, y esa energía tiene que venir de algún sitio. Así que mejor que venga de algo que te apetece hacer”.

7. Piénsatelo dos veces antes de vengarte

“He visto a gente en crisis gastar enormes cantidades de dinero y tiempo tratando de ejecutar su venganza”, explica Sternberg. “Los juicios, en particular, son enormemente costosos. Puede que tu causa sea justa, pero la cuestión más relevante es si trazar tu venganza es el mejor uso que puedes darle a tu tiempo, energía, reputación y dinero. ¿No sería más prudente centrarse en trazar un nuevo futuro?”.

8. No te escondas

Después de una crisis todos queremos desaparecer, y cuanto más humillante es la situación menos ganas tenemos de plantarle cara. Pero la única manera de salir adelante es tirar de valentía y orgullo y plantarle cara a la situación. “Necesitas mostrarle a la gente que la crisis no te ha destrozado, y que estás listo para salir adelante y superar los obstáculos que has encontrado en tu camino”, asegura Sternberg.

9. Observa la crisis como una oportunidad

“Este, créeme, es el paso más importante”, asegura el psicólogo con rotundidad. Se trata de una afirmación manida, pero Sternberg asegura que, tras superar sus reveses profesionales, su carrera fue a mejor. Como dice el refrán: “nunca desperdicies una buena crisis”.

10. Pasa página

La crisis laborales, como explica el psicólogo, no son muy distintas a las rupturas de pareja: “Cuanto más inmerso estés en el pasado, más difícil será que avances hacia el futuro. Cuanto más tiempo gastes obsesionado por aquello que no ha funcionado menos tiempo tendrás para pensar qué hacer en adelante”.




Las cinco características que cumplen todos los genios (sin excepción)
¿Qué hace a un genio ser un genio? Es una pregunta que nos hemos hecho a lo largo de toda la historia. No son los genes, son determinadas actitudes

¿Qué hace a un genio ser un genio? Es una pregunta que nos hemos hecho a lo largo de toda la historia. Todo el mundo aspira a alcanzar la excelencia pero muy pocos la logran y, en la mayoría de ocasiones, no entendemos cómo una u otra persona ha logrado lo que ha logrado. ¿Cómo consiguió Picasso mantener siempre un altísimo nivel en su inmensa obra pictórica? ¿De dónde sacó el tiempo Stockhausen para componer un total 363 obras? ¿En qué momento se le ocurrió a Einstein formular la teoría de la relatividad?

Hay quien piensa que un genio nace, no se hace: sencillamente, tiene el talento para una actividad concreta y le basta con desarrollarla para alcanzar la excelencia. Pero esto es una visión muy simplista de la realidad y, además, como han comprobado numerosos estudios, falsa. No cabe duda de que un genio es talentoso por naturaleza, pero el talento no es ni de lejos la característica más importante del mismo. Estos son las cinco cosas que, sin excepción, cumplen todos los genios. Y no todas son agradables para el común de los mortales.

1. Son curiosos e impulsivos

Para elaborar su libro Creatividad (Paidós, 2008), el profesor Mihaly Csikszentmihalyi entrevistó a 91 genios, de todas las disciplinas, incluyendo a 14 premios Nobel. Una de sus principales conclusiones es que las personas con mentes privilegiadas, que logran creaciones excepcionales, tienen dos cosas en abundancia: curiosidad y determinación. “Están absolutamente fascinadas por su trabajo y, aunque haya otras personas más brillantes, su enorme deseo de lograr lo que se proponen supone el factor decisivo”, asegura Csikszentmihalyi.

2. Lo importante no es la educación, son las horas que dedican a su especialidad

Solemos asociar el expediente académico con la excelencia, pero son cosas que no siempre están relacionadas. El profesor de la Universidad de California en Davis, Dean Keith Simonton, realizó un estudio en que analizó los expedientes académicos de más de 300 genios nacidos entre 1450 y 1850, entre ellos gente como Leonardo da Vinci, Galileo, Beethoven o Rembrandt. Determinó cuánta educación formal había recibido cada uno y midió sus niveles de eminencia a través de sus obras de referencia. Sus resultados fueron sorprendentes. La relación entre educación y excelencia, al trasladarse a un gráfico tenía forma de campana: los creadores más destacados eran aquellos que había recibido una educación media, algo así como una diplomatura. Los que habían recibido una mayor y una menor educación eran menos creativos.

Los creadores más destacados son siempre aquellos que más han trabajado en su especialidad y han dedicado su vida a ellaNo cabe duda de que los genios más destacados seguían estudiando, pero eran autodidactas y, sobre todo, unos adictos al trabajo. “Los genios son todos iguales”, explicaba el crítico literario V.S. Pritchett, “nunca dejan de trabajar, no pierden un minuto. Es deprimente”.  La realidad es que, sin esfuerzo, el talento importa poco. Los creadores más destacados son, siempre, aquellos que más han trabajado en su especialidad, han dedicado su vida a ella, han aprendido todo lo que se podía aprender, y han llevado su pasión al límite.

3. Son muy críticos con su trabajo

Según el psicólogo Howard Gardner, Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2011, los grandes genios como Picasso, Freud o Stravinsky tenían un patrón similar de trabajo, que se basaba en el ensayo y error: analizaban un problema, creaban una solución, la probaban y generaban una retroalimentación constante. “Los individuos creativos”, asegura Gardner, “emplean una considerable cantidad de tiempo en reflexionar acerca de lo que quieren alcanzar, si han tenido éxito o no y, si no lo han logrado, qué deben hacer diferente”.

Las mentes creativas son también las más metódicas.

4. Son sacrificados, solitarios y, en ocasiones, neuróticos

Los genios están todo el rato pensando en su obra y esto tiene múltiples desventajas. Dedicar todo tu tiempo al trabajo implica un sacrificio inmenso y una merma en las relaciones sociales. Según Csikszentmihalyi, la mayoría de genios son marginados durante la adolescencia, en parte porque “su intensa curiosidad e intereses muy focalizados resultan extraños a sus compañeros”, en parte porque los adolescentes demasiado gregarios no están dispuestos a gastar tiempo, en soledad, para cultivar su talento. “Practicar música o estudiar matemáticas requiere una soledad temible”, asegura el profesor.

En ocasiones, el sacrificio necesario para ser un genio puede rozar lo patológico. La entrega puede tornarse en obsesión: las personas excelentes no son necesariamente felices. Basta ver el ascetismo que alcanzaron Freud, T. S. Eliot o Gandhi, o la soledad autoimpuesta que desarrolló Einstein. Muchos genios desarrollan, además, una personalidad neurótica: su trabajo les volvió maniáticos y egoístas.

5. Trabajan siempre por pasión, nunca por dinero

Los verdaderos genios se desviven por su trabajo y, en ningún caso se entregan a éste por dinero, sino por pasión y vocación. “Los artistas que han desarrollado su pintura y escultura por el placer de la actividad en sí más que por las recompensas extrínsecas, han producido un arte que ha sido reconocido socialmente como superior”, asegura el pensador y escritor Dan Pink en su libro La sorprendente verdad sobre qué nos motiva (Gestión 2000). “Además, son aquellos a los que motivaba menos las recompensas extrínsecas los que, finalmente, las recibían”.



El acoso psicológico es una experiencia dura que no debería haberle ocurrido, pero puede forzarle a crecer interiormente de una forma en que quizás nunca lo habría hecho. Por esto, si pasa por una situación de maltrato psicológico busque ayuda especializada en el tratamiento de los síntomas adversos y aproveche para ir más allá y realizar un aprendizaje personal a raíz de tan difícil experiencia.

Una Defensa Efectiva
Cuando una víctima de maltrato ya ha desarrollado algún tipo de daño psicológico sus acciones de defensa comienzan a perder efectividad. Para los maltratadores resulta altamente satisfactorio comprobar que ya han generado un daño psicológico en la víctima. Ver a la víctima asustada, irritable y fuera de control les confirma a los acosadores que sus acciones han tenido los resultados deseados.

Cuando una víctima se inestabiliza emocionalmente es muy dificil que sus intentos de defensa surtan efecto. Por esto el paso hacia una defensa efectiva requiere de comenzar a cuidarse y recuperarse psicológicamente.

Ponga su BIENESTAR EMOCIONAL en primer lugar entre las prioridades de su vida. Si no pone como máximo y primer objetivo su propio cuidado emocional le será dificil defenderse con eficacia.

Usted se sorprenderá al descubrir que una vez que esté resuelta su necesidad de auto-cuidado emocional comenzará a ser capaz de defenderse con mucha más facilidad. Si usted se ocupa de salvaguardar su bienestar emocional se encontrará tranquilo y sereno y podrá planificar en cada momento la estrategia más pertinente, desde su inteligencia. Si usted descuida su propio cuidado emocional es probable que termine reaccionando de forma irritable e inapropiada ante las situaciones de acoso, con lo que podría generar nuevas animadversiones y le estaría dando a su acosador muy buenos motivos para continuar con su campaña de persecución contra usted.


¿Qué pasa con la Defensa Legal?

La justicia de los hombres es imperfecta. Generalmente es necesario que la víctima reuna evidencia del maltrato recibido en forma de testimonios de testigos, grabaciones de audio, grabaciones de video, partes de bajas médica, presentación de correos amenazantes, etc..

Aun en el caso de reunir dichas pruebas hay veces en que los jueces consideran que no hay indicios suficientes, o se ven distraidos por justificaciones o mentiras presentadas por la otra parte.

Los procesos judiciales no son fáciles. No siempre es necesario emprender acciones judiciales para salir satisfactoriamente del acoso psicológico. Incluso en los casos en que la Ley nos da la razón con una sentencia favorable eso no asegura que vaya a quedar restituido nuestro honor en el lugar donde se produjo el acoso, no significa que vayan a pedir perdón los acosadores y no significa que vaya a desaparecer el daño psicológico.

Mida bien sus fuerzas antes de enfrentarse a través de un proceso judicial. Si está en situación de presentar una demanda asegurese de contar con la ayuda de abogados que estén especializados en casos de acoso psicológico.

Preguntas Frecuentes (por el Prof Iñaki Piñuel)
¿Qué es el MOBBING o acoso psicológico?

El acoso o maltrato psicológico es un continuado y deliberado maltrato verbal o modal que recibe una persona por parte de otro u otros, con vistas a reducirlo, someterlo, apocarlo, amilanarlo o destruirlo psicológicamente y que consiste en comportamientos de hostigamiento frecuentes, recurrentes y sistemáticos contra él.
Indicadores de mobbing o acoso psicológico.

Lee las siguientes afirmaciones y piensa si se corresponden con alguna situación que puedas estar viviendo. Si respondes positivamente a alguna de las siguientes preguntas es probable que estés sufriendo maltrato psicológico.

    Constantemente me encuentro atacado, minusvalorado o perjudicado por las actuaciones de otra persona o grupo de personas
    Siento que no puedo actuar o hablar con libertad porque cualquier cosa que diga o que haga es utilizada en mi contra.
    Me critican y me ponen malas caras ante cualquier decisión que tome.
    Intentan arrebatarme cualquier cosa que me de un poco de felicidad en esta vida.
    Cambian malintencionadamente el significado las cosas que digo.
    Me aislan, me ningunean o me hacen el vacío.
    Me insultan, me chillan y/o me desprecian ante terceras personas.
    Difunden rumores acerca de mí.
    Me amenazan, me coaccionan, o me hacen gestos intimidatorio.
    No pido grandes cosas. Sólo quiero que me dejan vivir en paz.

Si has respondido afirmativamente a la mayoría de estas afirmaciones es posible que estés sufriendo una situación grave de acoso psicológico. Busca ayuda. Recuerda que no hay nada que justifique el maltrato.
¿Cuáles son los motivos del acoso o maltrato psicológico?

Los motivos por los que una persona pasa a acosar u hostigar a otra pueden ser muy diversos. Frecuentemente descubrimos que la persona es acosada y maltratada porque en algún momento se convirtió en una figura amenazante para su acosador.

Si usted cree que pueda estar siendo acosado pregúntesé de que formas se convirtió en una figura amenazante para su acosador.

    ¿Mi buen hacer o mi capacidad para conectar con otras personas suscitaba la envidia de mi acosador?
    ¿Quería aprovecharse de mi a nivel laboral, intelectual, económico, afectivo o sexual?
    ¿Conozco secretos o prácticas poco éticas de mis acosadores que no querían que contara?
    ¿Puede que mi valentía para defender lo que pienso o mi bondad sean un ejemplo que desacredita las prácticas de mis acosadores?
    ¿Me estarán castigando a mi para dar ejemplo de lo que les pasa a los que no hacen caso a los violentos o a los poderosos?

En ocasiones el acoso puede surgir a raíz de un conflicto entre dos partes. Los conflictos y las diferencias de intereses son naturales y comprensibles dentro de las relaciones humanas. Cuando a raíz de un conflicto una de las partes decide terminar con el otro a nivel psicológico o incluso físico, como forma de acabar con el conflicto, deja de haber un conflicto y pasa a considerarse una situación de acoso o maltrato. Este tipo de prácticas no son legales ni éticas.
¿En qué lugares se da el maltrato psicológico?

Desafortunadamente el acoso o maltrato psicológico puede darse en cualquier ambito de la vida. Allí donde haya relaciones entre dos o más personas existe el riesgo de que surja acoso psicológico como modo de controlar esas relaciones. Algunos de los tipos más frecuentes son:

    Acoso escolar (también llamado bullying)
    Acoso laboral o Mobbing
    Acoso personal en las relaciones de pareja
    Maltrato de padres y madres a hijos
    Maltrato de los hijos a los padres
    Acoso vecinal
    Acoso dentro de los grupos de "amigos"