jueves, 29 de diciembre de 2016

Pensamientos

elogios adormecen, las críticas enseñan

Tan difícil es asumir las críticas como recibir los elogios. De hecho, existen personas que se sienten muy incómodas cuando les dicen algo bonito. Esto se debe en parte al nivel cultural, hemos sido educados en la exigencia, en...

La toma de conciencia es el primer paso para sanar o cambiar

La toma de conciencia es, por encima de todo, un despertar. Es abrir lo ojos desde el interior para hacer consciente lo inconsciente y así poder dar el paso e iniciar toda una necesitada revolución personal. Solo entonces seremos...

Carta de un adulto víctima de “ciberbullying”

Mi nombre es Carlos, ahora tengo 30 años, el año está a   de finalizar y llega el 2034, para el cual tengo muchos propósitos. Con 13 años viví en primera persona lo que era el tan nombrado......
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¿Qué hacer cuando el embarazo y la tristeza van de la mano? (depresión perinatal)

No te viene la regla. Te haces la prueba y estás embarazada. ¡Qué alegría! ¡Una nueva vida está creciendo dentro de ti! Pero a medida que lo piensas esa alegría se ve sobrepasada por una serie de pensamientos que...

Los niños en terapia también juegan

Sí. Los niños en terapia también juegan. Necesitan jugar. Y os preguntaréis... ¿jugar como en la calle?, ¿Jugar como en su casa?, ¿Jugar como con sus amigos? Algunas personas incluso quizá se escandalicen, ¿llevarle a terapia para que juegue? ¡Para...

Practica el amor propio para ser feliz

Cada día me siento más ligera, más ilusionada y menos perfecta

Cada día me percibo a mí misma menos perfecta, y esa sensación, lejos de preocuparme me enorgullece y me permite ser más mucho libre: más yo. Ahora, avanzo más ligera, sin pesos ajenos, sin espinas en el corazón y...

Dos formas de ver la realidad (emic y etic)

Analizar la realidad no es fácil y, ante los problemas que presentan estos análisis, se propuso hacer una distinción entre emic y etic. A la hora de interpretar otras culturas y las conductas que realizan existen, al menos, dos...

¿El cerebro tiene sexo?

Existen muchas similitudes entre el cerebro masculino y el cerebro femenino, pero también algunas diferencias que marcan comportamientos prototípicos de ambos sexos. Simplificando, podemos decir que los cerebros femeninos tienen una arquitectura más propicia la empatía y los masculinos tendrían una más propicia a la naturalidad

Las personas somos «un regalo»

Las personas somos «un regalo». Un regalo, sí. Porque nuestros ojos tienen vida propia y una luz que serpentea al son de nuestras emociones. Somos producto de constelaciones neuroquímicas que abren autopistas en nuestra mente, en nuestro cuerpo y,...

¿Cómo influye la satisfacción de la pareja en los hijos?

Los niños se dan cuenta de todo. Cualquiera que tenga pequeños en su entorno cercano podría dar fe de ello. Los menores nos sorprenden todos los días con frases y razonamientos "avanzados" que en principio tendrían que ser inalcanzables para...

¿Cuál es tu excusa para no cambiar?

¿Qué excusa te has puesto hoy? Tal vez piensas que eres demasiado mayor para estudiar chino o que eso que quieres puede esperar. Quizás no te animes a continuar hacia ese objetivo que te habías propuesto con tanto entusiasmo...

El dolor sin palabras es invisible a los ojos

A veces pensamos que, si nos negamos a sentir aquello que nos hace daño, puede que desaparezca de un plumazo. Como si el dolor solo pudiéramos sentirlo al darle nombre, como si realmente sintiésemos temor a lo nombrado

¿Por qué las personas inteligentes pueden ser tan estúpidas a veces?

Tener un alto cociente intelectual (CI) no significa ser inteligente. No es necesario ir demasiado lejos para descubrir increíbles actos de estupidez cometidos por personas inteligentes, incluso, brillantes. Así, muchos de los test que "miden" el cociente intelectual solo captan un tipo de inteligencia

El amor ciego me impide ver el bosque

Existe un dicho que dice que “la belleza está en los ojos del que mira”. Pero ¿qué pasa si quien observa está absolutamente cegado? Puedes ver un jarrón precioso, pero para muchos podría ser un verdadero horror. ¿Estás mirando el amor ciego?

La pasión nos hipnotiza

Si existe algo que mueve al ser humano por dentro es tener una pasión. Dentro del concepto pasión, puede existir una gran diversidad: para algunos su pasión es la pintura, para otros la historia, la música, las plantas

La niebla mental o la desesperante incapacidad para concentrarnos

La niebla mental es muy común en las personas que padecen fibromialgia; también es frecuente cuando estamos sometidos a un estrés elevado. Nos falta la energía y nuestra mente queda suspendida en una dimensión opaca, lejana y extraña

Tú eliges el sentido que quieres para la Navidad

Las calles llevan días llenas de adornos, los escaparates tienen árboles, telas y luces que nos recuerdan las fechas que marca el calendario. Los villancicos marcan el compás de las compras y las bolsas empiezan a pasear por las calles.

El daño

UN mal psicólogo puede hacerte mucho daño

A veces confiamos casi ciegamente en un profesional de la salud. Daniel Goldstein dice en este caso que “la psicología es un manual para tu propia mente”. Pero, ¿qué sucede si caemos en manos de un mal psicólogo? ¿En que podemos diferenciar?

Heridas abiertas

Una persona que quiere venganza guarda sus heridas abiertas

Es una de las emociones que prácticamente todos hemos experimentado, pero de la que menos hablamos, es el deseo de venganza. Cuando nos hacen daño a nosotros o a nuestros seres queridos, siendo víctimas de una gran humillación, en la vida

Indecisión

Personas que viven en una indecisión permanente

"Hago lo que hago porque es lo que tengo que hacer". Tal vez has escuchado esta frase en diferentes ocasiones y lo cierto es que enuncia uno de los motivos más poderosos, el deber, con el que nos armamos.

La desconexión interior y sus consecuencias: una "salida" a una situación larga de acoso con sus efectos en adultos

La desconexión interior, cuando descuidamos nuestras emociones

La desconexión interior es un mecanismo de defensa que muchos suelen practicar. Es elegir no sentir para no sufrir, es “enfriar” el corazón para proteger el alma de nuevos fracasos, de nuevas decepciones y heridas que no cicatrizan. Ahora bien, esta estrategia lo que va a conseguir en realidad es alejarnos de una participación saludable de la vida.

Analicemos por un momento qué finalidad tienen nuestras emociones. Cada vez que se activan en el cerebro ejercen una reacción en todo nuestro ser. La repugnancia, por ejemplo, nos aleja de algo o alguien. El cariño, la ilusión, el afecto o la pasión nos conectan y nos inyectan todo un torrente de dinámicas con las cuales, ser más energéticos o creativos que nunca.

“No amar por temor a sufrir es como no vivir por temor a morir” 

-Ernesto Mallo-

Sin embargo, quien piense que las emociones negativas no tienen ningún fin o que su único propósito es traernos la infelicidad se equivoca. En realidad, son ellas las que han permitido que el ser humano se adapte, aprenda y avance a lo largo de su evolución y su ciclo vital. El miedo o la angustia son mecanismos de supervivencia, son señales de alarma que debemos saber interpretar para poder traducirlas en respuestas adaptativas que garanticen nuestra integridad.

Desde la neurociencia, y a través de libros tan interesantes como “A new view of pain as a homeostatic emotion” (Una nueva visión del dolor como principio de la emoción homeostática), se nos explica algo muy revelador: el hombre moderno experimenta mucho miedo. A pesar de carecer de depredadoresexternos o de peligros físicos concretos, el temor de este mundo avanzado es mucho más profundo y laberíntico.

Hablamos de los temores internos, de esos demonios personales que nos paralizan, que nos quitan el aire y que tienen, sin duda, múltiples orígenes. Ante nuestra incapacidad para gestionarlos, a menudo, optamos sencillamente por aplicar el síndrome de desconexión emocional.

Te proponemos reflexionar sobre este concepto que, tal vez, te sea ya muy conocido.

Inicio

La desconexión interior, cuando descuidamos nuestras emociones

 

Personas que viven en una indecisión permanente

 

El círculo (in)finito del miedo

 

Una persona que quiere venganza guarda sus heridas abiertas

 

Un mal psicólogo puede hacerte mucho daño

El síndrome de desconexión interior: un mecanismo de defensa demasiado común

Imaginemos por un momento a una persona ficticia con un nombre cualquiera: Miguel. Este joven cuenta ya con un pasado afectivo surtido numerosos fracasos. Su nivel de decepción es tan profundo que ha iniciado una nueva etapa en su vida donde reduce su grado de compromiso emocional a la mínima expresión. No quiere volver a sufrir ni experimentar más desilusiones, más desengaños.

Sus mecanismos de defensa para lograr este objetivo son muy afinados: ha iniciado una compleja disociación entre pensamientos y emociones hasta el punto de “intelectualizar” cualquier hecho. De este modo, protege su aislamiento emocional en todo momento con razonamientos como el siguiente: “Soy feliz estando solo, pienso que el amor es una pérdida de tiempo y algo que frena mi futuro profesional”.

Miguel ha desarrollado lo que se conoce como síndrome de desconexión interior para dejar a un lado los desencantos del pasado, procurando  así que no vuelvan a repetirse. No obstante, y aquí llega el dato más revelador: además de poner muros a una participación saludable de la vida, lo que está consiguiendo nuestro protagonista es hundirse en el mismo vacío emocional del que deseaba protegerse.

Los efectos de la desconexión emocional

Si para Miguel amar es sufrir, cerrar las puertas al amor supone a menudo trasladar ese mismo sufrimiento a todos los ámbitos de su vida. La desconexión emocional es un virus implacable que avanza despacio conquistando múltiples territorios. Porque la persona que lo experimenta deja de registrar internamente el cariño y el afecto como algo significativo.

Al poco, emergerá la sibilina frustración, la afilada amargura, el implacable mal humor y ese malestar emocional que tarde o temprano, se traduce en dolor físico, en insomnio, en diversas enfermedades y cómo no, en la sombra de una depresión.

Vivir conectado a nuestras emociones: un salvavidas cotidiano

Hablábamos al inicio del peso de las emociones negativas en nuestra vida. Las definíamos como mecanismos de supervivencia; sin embargo, como hemos podido ver en el ejemplo anterior, muchos de nosotros en lugar de atenderlas y entenderlas, las colocamos en el ancla de nuestros barcos mentales para sumergirlas en el vacío de la indiferencia. Del olvido.

“Si no hubieras sufrido como lo has hecho, no tendrías profundidad como ser humano, ni humildad ni compasión” 

-Eckhart Tolle-

Elegir no sentir para no sufrir no tiene sentido. No lo tiene porque el ser humano, por mucho que nos digan, no es una entidad racional ni un ordenador. Somos un cúmulo de fabulosas emociones que nos guían y que nos dan la vida para conectar los unos con los otros, para aprender después de las caídas, para llorar las penas, reír la felicidady avanzar con el rostro alto tras sortear esos peligros de los cuales, hemos obtenido una lección.

Desde la neurociencia nos recuerdan que la desconexión interior que nace de un conjunto de emociones negativas no es útil ni saludable. Las emociones negativas, como el miedo o el disgusto, tienen un propósito y dan forma a algo que los científicos definen como “impulso homeostático”. El ser humano está diseñado para actuar, no para quedar aislado en sus islas de insatisfacción. 

Cuando nuestro equilibrio interior se ve perturbado, una buena idea es aunar energías, ser creativos,valientes para recuperar esa homeostasis interna; así alcanzaremos esa plenitud emocional o ese punto perfecto donde nada duele y nada se echa falta. Permitámonos “sentir” de nuevo para conectar primero con nosotros mismos y después atrevernos a establecer contacto con quienes nos rodean.

Al fin y al cabo, nuestro cerebro es una maravillosa entidad social y emocional que necesita de los demás para estar bien, para estar en paz y en necesitado equilibrio.Cuidemos  entonces de nuestras emociones.

Valeria Sabater