sábado, 11 de febrero de 2017

Cuando eres PAS

"Ahora que sé del rasgo de la alta sensibilidad, lo entiendo todo; si lo hubiera sabido en su día, seguramente lo hubiese gestionado mejor. Mi trabajo como profe llegó a saturarme de tal manera, que estaba cerca de un burnout y tenía que parar. Bueno, digo mi trabajo como profe, pero también era el lugar donde vivía -en el centro de la ciudad, en una calle con mucho tráfico y en una esquina con un semáforo- y los vecinos, que siempre se peleaban. Estuve de baja por ataques de ansiedad y depresión y, en un momento dado, decidí vender mi piso y comprar una casa fuera de la ciudad, en la montaña, donde iba a encontrar la calma y la naturaleza que me iban a permitir volver al trabajo, aguantar la carga de grupos de niños complicados, el ruido, la responsabilidad y toda la parte difícil que este trabajo conlleva. Ya me había dado cuenta que para mí era muy importante y, hasta necesario, desconectar del ajetreo y estar sola, no tener que hablar con nadie, retirarme en mi mundo para cargar pilas y des-estresarme. ¿Que podía haber buscado otro trabajo? Quizá, pero en realidad no era una opción porque, justamente por ser funcionaria, podía permitirme comprar esa casa en un lugar idílico y lejos de la ciudad".
Su suspiro y esa mirada un tanto perdida y triste en sus bellos ojos lo dicen todo Cambia su posición, dejando caer la cabeza y sigue: "Fue un error. Un error importante. La casa es perfecta, el lugar casi no podría ser mejor en cuanto a su tranquilidad y la naturaleza se refiere, pero, aunque me produce una inmensa alegría cuidar del jardín, del huerto y disfrutar de mis largos paseos, no soy feliz. Y la verdad es que tengo toda la soledad que tanto anhelaba para estar conmigo misma, para poder escribir, leer, estudiar. La tranquilidad de mi casa es una bendición en ese aspecto. Pero con el tiempo, y con la vuelta de mi estabilidad emocional -la tranquilidad y la calma en medio de la naturaleza es una medicina potente- me doy cuenta que esta soledad que tanto buscaba, ahora me empieza a asfixiar. No tengo vecinos inmediatos, nadie viene a verme ya que encuentran que vivo muy lejos, y el pueblo más cercano para ir a tomarme un café está a unos cinco kilómetros. Claro, sí, tengo los colegas del trabajo, pero estos me ven como un bicho raro y no me entienden; vamos, con ellos no tengo contacto. Sí, estoy sola, muy sola. La soledad que tanto buscaba, ahora es mi enemigo más grande..."
Le pregunto por otras cosas que ha hecho o que podría hacer para tener más contacto con gente, y dice que está en un club de senderistas y, aunque es gente muy maja, no hay nadie allí, según ella, con quien podría empezar una amistad un poco más profunda porque, "no son como yo y no les interesan los temas que a mí me interesan. No me entienden. Incluso se burlan de mí cuando les hablo de mi situación".
Durante nuestras sesiones sale que siente una profunda rabia, una rabia que proyecta en toda la gente que se acerca a ella pero que, en el fondo, es una rabia dirigida contra sí misma porque está en una situación que aparentemente no tiene salida: una hipoteca demasiado alta y la imposibilidad de vender su casa.
Este tema y cómo encontrar soluciones daría para otro artículo, pero lo que en este contexto interesa mirar es el tema de la soledad que una PAS necesita y ese otro tipo de soledad que no es buscado pero que la persona puede llegar a encontrarse sin buscarla ni quererla y en la cual se siente atrapada.

La soledad como necesidad
Visto el hecho que una persona altamente sensible, una PAS, recibe unas diez veces más información que una no-PAS, no es difícil entender que la PAS en teoría se cansa, se satura y se estresa unas diez veces antes que una persona con una sensibilidad media. (Puedes leer mucho sobre el estrés en mi segundo libro, Personas Altamente Sensibles). El estrés desequilibra, y para volver a encontrar el equilibrio necesitamos desconectar. Hay varias maneras de desconectar, pero básicamente "desconectar" significa minimizar la cantidad de información sensorial y emocional: cuanta más tranquilidad puedas encontrar, más efectiva será la vuelta al equilibrio y mejor será la gestión del estrés (o la medida en que iremos "almacenando" el exceso de información recibido). Una de las maneras más efectivas de desestresar/desconectar es estar a solas sin ruido y sin luz excesiva, leyendo, meditando, escuchando música o realizando cualquiera que sea la actividad que más nos beneficie. Es conocido el caso de las PAS extrovertidas que necesitan incluso estar en una habitación oscura, recibiendo cero información sensorial, simplemente "estando".
Este tipo de soledad es sana y es hasta una seria necesidad para una PAS que tiene que funcionar en el día a día de relaciones personales y laborales. Forma parte, digamos, de la higiene emocional de la persona altamente sensible y, en cierto sentido, es voluntario.

La soledad como drama personal
Esta soledad no es voluntaria. A lo mejor empieza como una separación voluntaria del mundo y de sus múltiples exigencias para quienes quieren participar de él, por problemas para relacionarse con los demás (porque la persona siente que no encaja, por ejemplo) pero tarde o temprano es probable que ese, digamos, exilio voluntario, empiece a pesar como si no hubiera vuelta atrás, como si se estuviera cumpliendo una condena. El ser humano es un ser social, y la gran mayoría de las PAS, con su necesidad de conexiones profundas, bien que necesita pasar tiempo a solas, tarde o temprano empieza a notar una creciente necesidad de volver a estar con otras personas. Aislarse y volver a conectar es como la respiración misma, inhalar y exhalar, estar contigo y estar con el mundo. Un ritmo sano.
Si solamente inhalamos, si solamente estamos con nosotros mismos, algo va mal. Laya se siente "asfixiada" - literalmente. Evidentemente, vivir esa soledad tan intensa y asfixiante no es algo que solamente les puede pasar a las PAS; para nada, ya que se trata de un creciente y preocupante fenómeno  social, especialmente entre las personas mayores y en ciudades grandes.
Creo, sin embargo, que para las PAS es más "fácil" acabar en este lugar oscuro y triste. ¿Por qué? Porque de entrada la PAS tendrá menos contactos sociales que la no-PAS (encontrar gente "profunda" no es fácil y mantener relaciones y amistades requiere tiempo, compromiso y entrega), con lo cual más fácilmente se quedará sin personas cercanas. Un segundo motivo puede ser que, para la mayoría de las PAS, el mundo en general es un lugar hostil lleno de “agujas”, por lo cual es comprensible que prefiera retirarse para evitar un posible sufrimiento. Si ese deseo de apartarse empieza a coger más peso, más le costará a la persona volver a participar en ese mundo, ya que requiere un acto consciente para salir de la zona de confort. Sentimientos como abandono y amargura pueden llevar a la persona a sentirse víctima de este mundo que no le entiende, que no le acoge. Como puedes ver, se trata de una trampa peligrosa con varias capas.

¿Qué podrías hacer como PAS para evitar caer en ese asfixiante estado de soledad profunda?
  • Entender la diferencia entre la soledad necesaria y la soledad profunda.

  • Conocer bien el rasgo de la alta sensibilidad y la necesidad de desconectar para una PAS en general, y en tu caso personal. 

  • Buscar un equilibrio entre la recepción de información sensorial y los momentos de desconexión, evitando llegar a la saturación. 

  • Establecer y mantener conexión con otros PAS, participar en grupos  en los que sea posible aprender de las experiencias de otros PAS. 

  • Enfocarte en lo positivo de tu situación, en lo que tienes, en lugar de enfocarte en lo que te falta. 
  • Intenta retener los juicios que puedas tener respecto a personas que a primera vista no hablan, piensan y actúan como piensas que deben hacerlo; te puedes sorprender abriendo el corazón.  

  • Evitar sentirse víctima, tomando consciencia de pensamientos negativos, transformarlos/trascenderlos y aceptar la responsabilidad por los propios pensamientos y acciones (es cierto, el mundo es duro, pero vivimos en él - podemos aprender de él - y la diversidad es enriquecedora).
Lo sé, no son soluciones ni herramientas claras, ya que estas no existen. Creo que lo más importante es vigilar nuestra propia situación y hacer algún esfuerzo para retomar y mantener contactos, saliendo un poco de la zona de confort. Raras veces son "el mundo" o "la gente" los responsables de nuestra soledad y en la mayoría de las situaciones se puede hacer algo (no siempre, lo sé), también si eres una PAS introvertida.

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